Manchas persistentes y óxido
Cuando aparecen manchas de óxido en el acero inoxidable, se debe a partículas de hierro que se han depositado en la superficie de acero inoxidable del fregadero o la encimera. Estas partículas de hierro provocan una reacción de oxidación que da lugar al óxido. Una vez eliminadas las partículas de hierro del acero inoxidable, la oxidación se detiene. Para eliminar las manchas de óxido, no utilice estropajos de acero ni la parte abrasiva de los estropajos.
Qué evitar
Si el acero inoxidable entra en contacto con este tipo de productos, será necesario enjuagarlo rápida y minuciosamente con agua limpia del grifo para preservar la encimera de posibles daños. Sin embargo, la exposición prolongada a soluciones diluidas de ácidos, sales y álcalis (tanto por el lado de uso como por debajo en forma de vapores) también puede dañar el acero inoxidable AISI 304. Por lo tanto, es aconsejable limpiar el fregadero con regularidad, especialmente antes de un periodo en el que no se vaya a utilizar durante mucho tiempo.
REMEDIOS CASEROS
En el mercado puede encontrar varios limpiadores profesionales para acero inoxidable, como los de la marca HG. Suelen funcionar bien, pero también tienen un coste elevado. No es necesario que recurra a esos costosos productos inmediatamente, hay muchos productos de limpieza menos caros que conseguirán que el fregadero de acero inoxidable vuelva a estar limpio. A continuación le damos algunos ejemplos.
1. JABÓN VERDE LÍQUIDO
Jabón verde líquido: el limpiador de toda la vida de nuestras abuelas y bisabuelas. Si trata su fregadero de acero inoxidable con jabón verde líquido una vez cada tres semanas, el acero inoxidable se mantendrá bonito y las manchas desaparecerán antes que el sol. Utilice un paño de microfibra para frotar el jabón sobre el acero inoxidable. Frote siempre con la fibra del acero inoxidable, de lo contrario causará arañazos. Cuando el acero inoxidable esté seco, puede aplicar un poco de limpiador de acero inoxidable a base de aceite para darle más brillo.
2. BICARBONATO SÓDICO
El bicarbonato sódico (disponible en tiendas de alimentación) es un polvo blanco cristalino que funciona muy bien como limpiador ecológico. Espolvoree dos cucharadas de bicarbonato de sodio en el fregadero y frote todo el material de acero inoxidable con un paño de microfibra húmedo o una esponja. ¡Frote en sentido longitudinal! A continuación, vierta un poco de vinagre sobre la superficie. Esto hará que el bicarbonato empiece a hacer espuma, lo que ayudará a eliminar la suciedad y los restos de comida apelmazados. Déjelo en remojo unos diez minutos. Después, enjuague el fregadero con agua y séquelo todo con un paño de microfibra seco.
3. VINAGRE
Si desea utilizar vinagre como producto de limpieza, es aconsejable tratar el fregadero de acero inoxidable con él todas las noches. Hierva un poco de vinagre de limpieza en un cazo y frótelo en el fregadero junto con un poco de detergente líquido con un paño de microfibra. Déjelo secar unas horas y aclárelo con agua. Resultado: un fregadero de acero inoxidable reluciente.
4. AGUA JABONOSA
También puede utilizar agua jabonosa para limpiar y abrillantar el fregadero de acero inoxidable. Frote bien el fregadero con el paño, teniendo en cuenta que va siguiendo la veta del acero inoxidable. Después, aclare con agua caliente y seque con un paño de microfibra seco. Si es necesario, puede tratarlo con un abrillantador. Repita el tratamiento hasta que esté satisfecho.
MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR
La limpieza del acero inoxidable sigue siendo un trabajo tedioso, incluso con las herramientas adecuadas. Por lo tanto, siempre es mejor prevenir que curar. Es aconsejable realizar un mantenimiento diario del fregadero de acero inoxidable. A menudo basta con pasar un poco de jabón por el fregadero todos los días y eliminar los restos de comida.
También es mejor no poner platos sucios en el fregadero. Para evitar arañazos, puede colocar una alfombrilla de plástico o goma en el fondo. Eso sí, asegúrate de limpiar bien la alfombrilla y la superficie, de lo contrario los restos de comida se pegarán a ella y volverán a causar manchas. Lo mejor, por supuesto, es meter los platos sucios en el lavavajillas o lavarlos inmediatamente.